uno

 Entonces estaba en misa y me imaginé que me moría, estaba cayendo de un acantilado de los que salen en Indiana Jones, abajo muchos árboles, arriba hierbita por el lado planticas verdes y ramas. Y le decía a Dios “Salvame, servime pa’ algo” mientras me decía al que no soñaba “¿No sería eso una manera muy descarada de desafiar a Dios, acudir a Él sólo cuando me voy a morir, que porque en la Divina Comedia dice que la gente no la hunden en mierda cuando dice eso? Ese man que se inventó eso y yo haciendo caso”. Cuando de un momento para otro me coge ese malviaje que escala más rápido que cualquier cosa, ya no me acuerdo el camino de lo borroso que se vio. Y ¡pum!, frené en seco con el corazón a mil. Sentí que era una ínfima fracción consciente de la existencia y que esto se iba a acabar, ¿y si no había nada más qué? Yo creo que la mente tiene una función de abortar un pensamiento que se está saliendo de los cabales de la salud mental, pa no colapsar o matarse.

—Ey momento, cómo qué “si no había“, es que ya me morí o qué. Donde me haya muerto y reviví, o donde me haya desconectado y me devolvieron. Yo no me acuerdo de lo que paso a mi alrededor cuando me dio la náusea. Todo pudo haber sido fácilmente ruido. Tendría sentido que a uno lo devuelvan siempre que se murió hasta que no queden más muertes y experimentar la vida más larga posible. Puede que esto se trate de la Matrix, otra vez.—

Voy a volver este relato una mentira dramática, de quinceañera. Vamos pues.



uno dos

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Estoy dos veces maldito

LIMERÉNTICO

basilisk