Cinco
Mientras intentaba dormir recordé que no le pregunté a la chica su nombre. Mi ineptitud para hablar me atormentó hasta que pude dormir.
“—Cierra la boca”
Esa frase me despertó del susto justo antes del amanecer. La odié. Eché un ojo a la habitación verificando que ella no estaba allí observándome babear la almohada. Volví a dormir con el barco bamboleándome.
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