Carne marmórea
Había olvidado que eras carne. Hasta que sentí una vena en tu brazo. Sentí tu pulso, carmesí flujo de vida. Eras un querubín bajado del cielo. Luz hecha cuerpo, mármol esculpido por el viento.
No había entendido que perecerás, porque el amor que nuestras almas exhalan es inmortal. No había entendido que no eres más que carne, sangre, huesos y vísceras, pero unas que me aman y que amo. El amor trasciende al tiempo y lo atemporal no muere. Mueran nuestras carnes y se apaguen nuestros ojos. Muten nuestras almas y nazca el odio. Imperturbables permanecemos cual mármol inmaculado.
--/01/24
Comentarios
Publicar un comentario