Solo un rato 2
"¿Por qué los adultos piensan que pueden olvidar los solo un rato?"
Un rato, ¿cuánto dura un rato? Mis ratos han sido de años, pero parece que lo que en realidad determina cuánto duró el rato es cuántas vidas necesité para olvidarlo. Alguno de esos ratos me ha costado hasta dos vidas (y una muerte) y sigo sin olvidarlo. Alguno de esos ratos me causó la misma muerte, me costó una vida pero no vivirla sino renacerla.
No se trata de dos horas de juego, sino de cuántas horas tardaré en olvidar el rostro de ese niño que olvidó su juguete conmigo. Los adultos saben eso. Saben que no se trata de cuan corto sino cuan eterno. Y la fugacidad no les duele, les duele la permanencia del olvido.
Aquel recuerdo sin ubicación, perdido entre los pasillos sin entrada de la mente, aquel no duele. Duelen esos que dejan su olor entre cada pensamiento, cada lugar, cada canción. Los adultos somos cobardes porque hemos sentido el verdadero miedo, buscamos la fugacidad para reducir el dolor.
Quiero ser como aquella que me lleva del hotel a su hogar corriendo con los dedos sobre los muros. Quiero ser ese cuyo único objetivo era aprender a volar. No me he perdido del todo aún. Sigo siendo el que se hace preguntas imposibles y su curiosidad no muere, por más que la maltraten.
Perdurar. La vida es una niña terca que insiste en perdurar.
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