Madre Nutricia

 Habito los pasillos de la universidad como habitando mi propia mente. Me muevo como un pensamiento. Soy una idea, un sentimiento. Me muevo por el templo del conocimiento. Como el viento entre las estanterías de la biblioteca, como un susurro por las plazas. Vuelo junto a las flores que caen. Me acobijo en los contrastes entre el cielo y los árboles. Duermo en los pasillos, defeco en los baños, mecateo en las chazas, sudo en el coliseo, parcho en el aero. Somos entes en la U. La U se lleva en el Alma. La U me llena el alma. Lloro y río. Junto a mis amigos, a mis colegas, a mi familia. Sufro, pienso y amo. 

La U nos da vida y a algunos la muerte. Los compañeros nuevos, cálidos o intrusos, son como leer un libro nuevo o ver una película. Cuido de estos pasillos como acicalo mi cabeza. Deambular en sus espacios es meditar mis pensamientos. Ver como cambian, para bien y para mal se siente como la nostalgia de mi propia vida. Y mis días pasan aquí, como paso yo de sol a sol... así como nosotros pasamos, pasan los días en nuestro segundo hogar, en mi universidad, en mi alma.

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